En los últimos años, debo reconocer que le he estado huyendo al rap, la ‘cultura’ con la que se suponía que tan identificado me sentía. Antes de ayer en el Casal Jove me sentí justificado, flipé en colores de verdad de la buena, después de dos años más o menos de apenas estar en contacto con el rap, pero no sin estar en contacto con la música, viendo conciertos buenos, que os voy a contar, conciertos sobre todo de jazz (Chick Corea, Jon Batiste & Stay Human, etc.) y de reggae (Alborosie, Busy Signal, Skatalites, Steel Pulse, Calle 13 y muchísimos más).

Ayer, sinceramente, flipé con la macarrada, respeto el ‘sentimiento rapero’, pero esa macarrada monótona y continuada no hay forma de justificarla… Yo pensaba que esos estilos eran de la década pasada, que la gente esta empezando a recibir influencias de toda la maravillosa música del mundo exterior… El único que me impresionó un poco fue Erik Urano (todo un brujo), y bueno el Dj Base, no puedo negarle el mérito, fue director de toda orquesta además de excelente rapero, si a eso le añadimos que ya tiene edad para ser el padre de todos nosotros, gran mérito para él. De mis amigos no diré mucho, lo hicieron perfecto, con lo que tenían en las manos sacaron el máximo rendimiento, y siempre con humildad por delante, aunque fueran tratados como niños que no saben lo que hacen.

Pero los demás, me parecieron, macarras, mal educados, poco cultos y encima prepotentes. Con lo fácil que es romper esquemas y hacer las cosas diferente, realmente, el rap de bombocaja no esta mal, pero tenemos muchas vías alternativas, y deberíamos explotarlas, hacer algo más acústico, más orquestal, que el concierto sea una explosión de sabores, no un simple concurso de quien suena más gordo (es decir, de quien tiene el mejor técnico de sonido)… Personalmente creo que sonar mas gordo no es sonar mejor, y a ratos llego a pensar lo contrario absolutamente, más cuando el supuesto artista se dedica a decir una y otra vez que tiene más experiencia y que suena más gordo. Aparte, creo que el rollo parrafada está bien, pero incluso en el concierto de Erik Urano, que demostró tener unas letras muy sofisticadas, me pareció demasiado. Me fijé en una cosa (tampoco es que no lo supiera de antes, pero lo vi más claro), y es que los raperos, escriben mucho y muy rápido, y no se dan cuenta de que no mejoran, e incluso se repiten para poder aumentar la cantidad y ‘subir el listón’ (¿qué listón?).

A todo esto, insistiré en mi forma de ver los shows, no veo raperos, veo actores, para mi ya no hay diferencia entre un rapero y una cantante de ópera, son distintas disciplinas, pero el objetivo es hacer disfrutar a un público, más allá de ser alguien o llevar más tiempo o no en ‘la escena’. En el siglo pasado, hubo grupos que grabaron una, dos o tres canciones y no más, y quedaron para la historia, entonces, en un mundo de gente que escribe párrafos y párrafos, creo que escribir párrafos y párrafos no te hace más interesante. Y no hablo de más importante, sino de más interesante, dado que ser importante en la música, que es a lo que parece que la mayoría quiere llegar, no debe ser un objetivo que uno se proponga.

Yo tuve una época en la que escribía dos temas a la semana y me preocupaba no dejar de escribir, pero me parece absurdo, de hecho, creo que con lo escrito hasta ahora, arreglándolo un poco, me como cualquier directo de rap de los que he visto recientemente y no creáis que lo digo porque me importa, no pretendo ser mejor que nadie, Dios me salve de tener esa actitud. De hecho le estoy dando un poco la espalda a ese mundo de pequeños caciques que ‘controlan el barrio con su lírica’, porque me niego rotundamente a que parezca que intento jugar a su juego. Soy de ciencias señores, no me jodáis.

Pero a lo que quería llegar con eso, uno no necesita hacer 10000 directos, ni escribir 100000 temas para tener un estilo propio, o hacer algo medianamente interesante, necesita pensar un rato en lo que ya tiene y presentarlo de forma apetecible. No olvidéis que la música es fiesta, es trance y expresión. ¿Que coño sonar gordo? No tiene sentido, me parece una aberración tanto párrafo monótono de palabras que ‘encajan’. Soy percusionista amigos, yo también sé seguir el ritmo, y no me sienta bien que un notas mal educado me diga que tiene ‘el ritmo’ sin saber ni lo que es un pentagrama. No niego el arte del vacile, pero piensa bien a quién y cómo y no te dejes la humildad por el camino.

Sí, muy bien, son pensadores y escriben lo que piensan e incitan a pensar a la gente, no lo niego, pero ya está. Lo que a mi me da repelús es que piensen que eso es algo especial con lo grande que es el mundo. Y encima ese caciquismo. Mis amigos Moisés y Víctor, y su grupo/generación en general, son pequeños genios, y los trataron como novatos, les hicieron el vacío absoluto. De hecho hubo alguien que se dirigió a uno de ellos ‘¿Os habéis divertido?’ después del concierto, como si fueran niños de ocho años. Pero ¿novatos en qué? ¿acaso haber subido a más escenarios y haber dicho puta y mierda por un micro más veces que otro te hace mejor persona o te da algún estatus social superior a los demás? ¿no vives también en casa de tu madre o jodido por los mismos miedos que nosotros? Y no digo miedo al escenario, sino miedo a que pase algo malo de verdad.

No se… todos esos detalles y más, me hacen pensar en el capítulo de Así habló Zarathustra de Nietzsche, donde habla de las moscas del mercado. Todo es un juego de a ver quien vende mejor su producto, ¿qué producto? ¿la mierda que piensan? ¿dónde han estado ellos mientras yo viajaba por el mundo o tú estabas luchando contra los problemas de tu infancia? ¿que saben ellos que no sepamos nosotros de la vida como para portarse como si fueran ‘mayores en esto’? Si, mayores en el arte de la ignorancia y la falta de respeto. Yo se matemáticas marica, y no os trato de seres inferiores, así que no hagáis como que no me conocéis si de verdad creéis que vuestra obra es digna de respeto.

PD.: No pretendo que esto sea una ofensa para nadie. Si alguien se siente identificado, por favor, que lo lea detenidamente, se analice desde fuera por un momento y se lo tome como una crítica constructiva.