Mi forma de lucha

No asumir el liderazgo de las instituciones actuales, sino más bien hacerlas irrelevantes.(…) No queremos tomar las grandes corporaciones y hacerlas más «socialmente responsables». Queremos construir una contra-economía de información de fuente abierta, manufactura vecinal de garage, permacultura, monedas cifradas y bancos mutuales, dejando a las corporaciones pudrirse en la mata con el estado.

Kevin Carson, el C4SS y el emprendedurismo antisistema

Desde el nacimiento del 15m, incluso antes, siempre he sido excéptico con los movimientos sociales de «protesta». Y es que a mi forma de ver, confunden conceptos, para empezar, su principal argumento es que «hay que luchar» y que «la unión hace la fuerza». Muy bien, hay que ser tonto o tener muy buenas razones para negar esto. Aún así, sin contextualizar mucho más, veo que esta idea hace aguas por varios sitios, aunque hasta ahora tampoco había sabido muy bien proponer una alternativa convincente, más allá de simplemente desarmar la validez de ese argumento. Por otra parte tampoco siento la necesidad urgente de oponerme esa forma de pensar, pero pensando en posibles futuras discusiones sobre el tema y estando algo molesto porque gente que me conoce «bien» me han llegado literlmente a decir

España está como está por gente como tú.

he decidido plasmar mi postura de una forma medianamente argumentada y completa. Lo haré repasando las afirmaciones que componen, según lo que he dicho antes, su «principal argumento», y descomponiéndolas para que entendáis por qué opino que hacen aguas.

1. Hay que luchar.

Perfecto, absolutamente de acuerdo y totalmente a favor. Aunque, ya la simple forma de decirlo, no me gusta tanto. Luchar es una palabra fea. Prefiero jugar. Y si hay que hacer algo, eso será jugar bien. No es más que un matiz, pero igual sirve para aclarar a qué quiero llegar en realidad.

Por otra parte, no se a quién se le ocurrió, o mejor dicho, cómo es posible, que tanta gente caiga en esa comparación tan simplista y absurda de afirmar que quien no protesta no está luchando, incluso he llegado a oír cosas como

Habría que sacar una ley para que los que no apoyen las protestas no puedan disfrutar de los beneficios que se obtengan con ellas.

Y es que, como bien leí antes de ayer en Manual Cuadros para una vida interesante, y se me ha quedado grabado de por vida:

Si aceptamos las valoraciones como intrínsecas a las situaciones, estamos siendo dominados por el mundo.

Y se supone que esto, queridos amigos «revolucionarios», es en lo que no queríais caer. Explico. Protestar, puede ser una forma de luchar en un momento dado, pero por favor, no se puede afirmar gratuitamente que quien no está perdiendo el tiempo en una manifestación no esté luchando y encima presentar dicha afirmación como la regla absoluta para ser buena persona en estos tiempos. Es poco tolerante decir eso. Y que os sorprenda luego que os comparen con el fascismo también me parece gracioso.

Ahora cambiemos por un momento de escenario y vayamos a un tablero de Go:

Si hay que hacer algo, eso será jugar bien.

Mi madre dijo ayer de forma muy acertada:

Estas manifestaciones son puro Go mal jugado. ¿De qué sirve poner todas las fichas delante de la puerta del parlamento?

Y volviendo a la ley que cierta amiga propuso en una discusión de universitarios en cafetería, sobre no dejar disfrutar de los logros a quien no se haya manifestado, yo propondría que también lo hiciéramos al revés. Porque por ahora, una de las cosas que se ha conseguido es un endurecimiento de la ley y, aparte, si se ha conseguido algo bueno, no me consta, y ¿por qué tendría yo que asumir esas consecuencias si yo no coloqué mi ficha ante la puerta del parlamento? Cada uno debe aceptar las consecuencias de sus actos, tengan la motivación que tengan. Bueno, por suerte justo esto no me importa, pecaría de lo mismo que denuncio, pero es otra goterita en este entramado de filosofía «revolucionaria», cuyos motivos no niego, pero me parece un estilo de juego bastante contraproducente. No me apetece morir aplastado por la multitud ni pataleando cual insecto, y menos aún, vivir así. Mi respuesta es, como en la cita que me ha inspirado:

No (intentar) asumir el liderazgo de las instituciones actuales, sino más bien hacerlas irrelevantes (e imponer las mías).

2. La unión hace la fuerza.

No se quién dijo esto por primera vez, pero está demasiado de moda decirlo.

-¡Entre todos podemos!

-¡No conocen el poder del pueblo!

Voy a ser radical. Para empezar, tienen bombas. Por no hablar del sistema judicial, las armas, las cárceles, la policía, las infraestructuras… y el dinero. Continuemos: ¿de verdad estáis tan seguros de que nos vamos a pique (como nación, otro concepto discutible) porque son tontos y no saben cómo gestionar el país? Yo… la verdad es que no esperaría una falta de conciencia tal de un rival tan poderoso. Si os soy sincero, me atrevo a decir que es intencionado que la gente salga «unida» a protestar. Millones de pajaritos sin alas de un tiro, y cuantos más, mejor. Y no para nosotros. Para ellos.

Soy nihilista a veces, lo reconozco. Y no, no basta con talar un árbol, hay que trocearlo también.

Pero bueno, más allá de mi fatalismo sobre el tema, mi respuesta a si la unión hace la fuerza es otro dicho muy bonito

Si quieres ir rápido ve solo

Si quieres ir lejos ve acompañado.

A parte de ser más racional, admite relatividad y te otorga el poder de elegir a quién te unes y para qué.

Porque esa es otra, yo me niego a unirme con quien me diga la moda del momento, por mucho que pueda estar de acuerdo en que quiera conseguir algo noble, cosa que ya es demasiada confianza. Hasta que no me expliquen qué quieren hacer exactamente, cómo, para qué y, claro está, qué interés puede tener eso para mí no muevo un dedo. Si que lo muevo, pero para lo que yo decida hacerlo, que son muchas cosas ya de por si como para encima ir paseándome tardes enteras gritando cosas por la calle (me encanta absurdizar las cosas, en general, ayuda a ser realista). Sobre todo porque es poco productivo. Suena a tacaño y egoísta. Al que quiera verlo así no se lo niego, yo creo que se lo pierde y que no me está entendiendo. Yo no veo que sea malo. Ni lo uno ni lo otro en el fondo. Pero valoro la mucho capacidad de autocrítica (jeje) y aqui me parece que muchas veces brilla por su ausencia en muchas de estas reivindicaciones que está de moda hacer.

En fin, me parece una actitud poco hacker apostar por una unión masiva para un objetivo tan ambiguo como protestar. Hay que aprovechar la globalidad y la masividad si, pero para hacer de verdad. Y hay que aprender a educarse, a curarse, y a ganarse la renta por uno mismo. Suena duro. Lo es. Pero si no buscamos sistemas nuevos, y no entendemos que cada uno, según donde esté, según lo que sepa, según lo que quiera hará lo que le parezca, si no jugamos en sente, todo será aleatorio y no podremos decidir ni siquiera sobre nuestra derrota.

Si todos están en paro no es porque no haya puestos de trabajo, sino porque no hay valores. Y yo no estoy en paro propiamente dicho. Tengo muchas cosas que hacer.

Si te pregunto por tus valores y me respondes la “cultura”, la “amistad” o la “libertad”; no avanzaremos mucho. Si me respondes “hacer albarcas cántabras”, “cuidar a mis amigos” o “preparar los mejores bifés de chorizo al sur del Rin”, habremos avanzado muchísimo. No sé si me explico.

Manual Cuadros

Y en esta situación, siento justificado para mí que la «unión», a palo seco, no es la fuerza. Depende de si vamos a construir un estudio de grabación o un proyecto de limpieza del bosque o a gritar «no a la guerra y si a la educación».

Desde luego no niego el derecho al malestar o a la expresión del mismo, pero eso es para desahogarse, no va a conseguir «arreglarlo». La educación y la sanidad ya eran una mierda antes y cada uno debería concienciar a sus hijos y aprender a cuidarse. En ese sentido creo que Nietzsche tenía mucha razón con todo el rollo de la decadencia. Cada uno es responsable de su propia liberación al fin y al cabo… Y si quieres a alguien sacrifícate por él, eso si.

Al que haya aguantado hasta aquí, tengo que darle las gracias, quiero recomendarle la lectura de algún enlace relacionado con el tema, que me da más motivos para tomar esta postura:

Islandia, la revolución que nunca existió – El correo de las Indias

4 comentarios


  1. Y es que al final la clave es si uno quiere cambiar las cosas o si quiere que otros (el estado, las empresas, las ongs o quien sea) las cambie por él/ellos. La lógica hacker es bien sencilla: just do it. Y si hace falta movilizar y movilizarse es solo en el caso de que existan prohibiciones que nos impidan arrancar ese hacer por nosotros mismos o lo dificulten hasta el punto de no hacerlo viable.

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    • Perfecto resumen de lo que siempre intento defender en esas productivas discusiones de universitarios en cafetería. Pero como bien dijo el padre de uno de mis mejores amigos por facebook (si…):
      -Seamos positivos: la nueva ley de seguridad contra las protestas debería hacer que la gente buscara otras vías de cambio más efectivas.
      ¡Gracias por comentar!

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