Pocas veces en la vida se llega a puntos en los que uno se replantea todo de una forma tan radical y a la vez tan natural. Cuando la incertidumbre choca con la certidumbre. Sin sentimiento de culpa alguno. Me pregunto qué hacer con los planes hechos (¿estaban hechos?), si llegaré a convertirlos en realidad o cambiarlos por otros que estoy considerando. Sin sentimiento de culpa alguno.
Quien se dedicó al diseño web, sabe que es una condena, que nada es eterno y que siempre queda algo que terminar deltodo o que hacer completamente de nuevo. Que nunca volverá a ser libre. Ahora me toca reestructurar el blog, porque mi vieja plantilla ya no es compatible con WordPress 4. Con lo que me gustaba… y con las horas que me había costado. Bueno, seguía habiendo cosas a medio hacer y tal, categorías superfluas, entradas sin etiquetas, widgets absurdos, etc. Quizás esta es la opción de rehacer todo para terminarlo un poco mejor. ¡Vamoallá! ∞