Antes de ayer por la noche, a las 3 de la madrugada, en Puerto de Sagunto, estaba parado con mi bicicleta y mis pintas de vagabundo de playa -pantalones viejos con parches de telas bordadas, chanclas reparadas con superglú, camiseta sin mangas sudada, marihuana en los calzocillos (se me ve en la cara)- en la acera, esperando a que un amigo bajara al portal, cuando de pronto pasó la policía nacional, una pareja, el hombre al volante.
Fue amor a primera vista, ellos me vieron, yo los ví, había un aparcamiento libre en frente del portal, me acerqué a él al mismo tiempo que ellos fueron frenando poco a poco y me saludaron:
-Buenas noches caballero.
-Buenas noches.
-¿Qué está haciendo?
-Esperando a un amigo.
-¿Dónde vive usted?
-Aquí… En Sagunto..
-¿Me puede dar su dni?
-Por supuesto.
-¿A dónde se van después?-pregunta la chica mientras mira mi documentación por delante y por detrás un poco perpleja.
-A ningún sitio.
-¿Ha estado detenido alguna vez?
-No.
-¿Qué está haciendo aquí en españa?
-Vivir.
-¿Con quién vive?
-Con mis padres.
-¿Alguno es español?
-Alemanes.
-Vale, muchas gracias.
Y me fui sin más, un poco perplejo. Mi amigo se había asomado un segundo y se escondió en cuanto los vio desde lejos. Esperó a que se fueran. Menos mal que no bajó, él sí tiene antecedentes, si me encontraran con él me ficharían a hierro, muy extraño mi perfil como para ser inofensivo (me temo, igual no).
Y me quedé pensando en ese detalle. Esta vez me libré por ser alemán. Más de uno de mis amigos hubiera tenido que correr. Y no somos tan distintos en lo cotidiano.
Asi se entretienen, siempre me he preguntado para que necesitan esas preguntas tan tontas si en realidad se han parado por las pintas que uno lleve. Definitivamente se aburren y buscan amigos 😀