«Una taza de agua, tres cucharadas de café», pienso. Tanto pensar y tantas ideas a medias. Creo que estoy a punto, por enésima vez, pero esta vez de verdad, de tomar una decisión: dedicar tiempo a no pensar. No pensar hasta tener una idea. Una idea completa. De principio a final.
Estoy harto. Harto de medias metáforas. Harto de versos que no llegan a estrofas. Harto de no terminar.
Aún así, me pregunto se esta no es otra de esas ideas destinadas a quedarse a medias… ya que estamos, ¿por qué no dejarla a medias también? Al fin y al cabo, si no fuera porque las cosas están a medias, estaríamos muertos. O peor aún: viviríamos eternamente.
Si el mundo pudiera terminarse, lo habría hecho ya.
Nietzsche… Creo.