He encontrado una cueva en la que esconderme, ahora solo busco la manera de lograr que pase el tiempo. Tenía un sueño cuando me alisté en esta batalla, pero me he dado cuenta de que si no tengo con quien compartirlo es absurdo. Quiero volver a casa. Sé que allí me esperan mis padres, mi hermano, mi mujer y mis amigos, que aunque yo no tenga nada la gente me acogerá y me apoyará en mis ideas. He aprendido mucho en este tiempo, pero lo más fuerte son las ganas de volver. Se que cuando vuelva aprovecharé cada segundo como si fuera el último. Pero no puedo volver todavía.
Hasta entonces no me moveré mucho de aquí, exploraré un poco el terreno, disfrutaré del paisaje, haré planes y dejaré pasar el tiempo.
Dos tipos de libertad
Libertad individual, aquella que concierne a nuestras preocupaciones personales, a la dificultad o facilidad de alcanzar la satisfacción total, realmente relacionada con la felicidad. Una libertad blanda, interna y negativa. Aquella que se atribuye al que no necesita mucho, al sabio, al aborigen, al bohemio o también al genio despreocupado. Libertad global, aquella que concierne