Con respecto al interés de los grandes grupos terroristas por el terrorismo informático se dice que es limitado, poner bombas es lo que sigue funcionando.
Networks & Netwars, editado por John Arquilla y David Ronfeldt (en inglés). Analiza los nuevos tipos de conflictos globales en que han aparecido durante el siglo pasado para venir a quedarse en este, el siglo de la globalización. Argumenta y pone ejemplos del poder de las redes frente a las jerarquías analizando triunfos y fracasos de fenómenos reales: redes en el terrorismo, en el tráfico ilegal, en las bandas urbanas, lobbyismo, movimientos sociales como el Zapatista, el movimiento para la democratización de Burma, la guerra en el Kósovo, etc.
Desde el principio el libro deja una cosa clara: la distribución en detrimento de la centralización de las redes de comunicación ha hecho que el tablero político-económico mundial pase de asemejarse a un tablero de ajedrez a parecer más bien un tablero de Go. Y como proverbios de Go postula:
- Jerarquías lo tienen difícil para combatir con redes.
- Hacen falta redes para combatir redes.
- Quien antes tome estructura de red obtendrá mayores beneficios.
Empezando por el terrorismo y analizando múltiples técnicas y estructuras, va dejando ver un mundo de lobbys entrelazados y posibilidades de evasión al control de los estados. Todo esto teniendo en cuenta el marco de la aparición de internet y sin dejar fuera aquellas estrategias que usan otras tecnologías o ninguna. La gran resiliencia de la estructura se debe mayormente a la dificultad que supone encontrar líderes de una red.
Con la aparición de la nueva topología de las redes de comunicación las relaciones de poder están perdiendo drásticamente su verticalidad, cada vez es más difícil tomar control sobre todo. Así es como muchas veces ya no se sabe si las redes de influencia (lobbys) sirven al estado o al revés, también es como algunas empresas empiezan a ver lógica en el consenso con sus trabajadores. En principio cualquier individuo puede apoderarse del conocimiento necesario, lo cual también implica cierto tipo de riesgos. Bandos y movimientos se mezclan, con objetivos distintos se apoyan o combaten mutuamente según las tendencias ideológicas de sus individuos y el contexto que comparten. Desde las estructuras sociales hasta nuestra relación con el conocimiento de la verdad ha cambiado:
Mucho parece depender del nivel de sofisticación del usuario. Como dijo Rep. Rushing sobre la información, «Al principio tienes que meterte en la cabeza que el hecho de que venga a través de una computadora no lo hace real, cierto.» Pero añadió, «La gente bastante rápidamente te cuenta si algo no es cierto… Me tranquiliza el hecho de que el sistema se autocorrige».
Aplicando el lema sobre la guerra (o cualquier tipo de conflicto) en red:
El triunfo definitivo en un conflicto en red consiste en entender -no es una opinión- que es la calidad de la información (no la cantidad) lo que determina el resultado final.
Y así va pasando también por un análisis fundado en muchos ejemplos por todas las técnicas de difusión de significados, el análisis del compromiso ante ideas (ya no sólo ante líderes) y las distintas formas de participación en la lucha por unas ideas en las distintas formas de conflicto en red.
Líderes tienden más a ser carismáticos que burocráticos. […] Un líder muchas veces debe actuar simplemente como un «primero entre iguales», primus inter pares.
Un aspecto que resaltó a mis ojos es la importancia que se le da al Estado (más concretamente al Estado americano), dando por legítimo su papel como responsable omnipresente del orden social y económico, aunque no deje de lado el análisis de la corrupción de Estado. Claro, este libro va propiamente enfocado a advertir al Estado de las nuevas tendencias sociales, formas de organización horizontales y transnacionales, peligros de lidiar con organizaciones en red, etc. y no sólo eso, también habla de la importancia de permitir vivir a ciertos tipos de red, aprender de ellos y nutrirse de ellos.
Pero llegados a este punto, pienso que hay que dar el saltito y hablar un poco más de como cultivar redes benignas en dirección a una filé de redes y comunidades sanas, más allá de su relación con el Estado -por supuesto no necesariamente lo hará la RAND corporation, que son quienes son-, ya llevamos tiempo hablando de ello. Lo que sí se nos proporciona es alguna buena pista sobre cómo gestionar el poder de zonas temporalmente autónomas, que son lo que hace tan difícil lidiar con redes distribuidas. Este libro nos servirá principalmente para entender la naturaleza del activismo en red.
Recuerdo con mucho cariño este libro, tiene muchísimas lecturas. Además nos apunta cosas sobre la estructura interna de la red y su relación con el entorno.
Si, dedica un buen pedazo a eso, me gustó bastante, pero no he comentado esa parte porque hace mucho que lo leí y la memoria… La verdad no recuerdo mucho más que la mención de distintas estructuras y formas de analizarlas, deja muchas referencias eso sí. Ahí está tu post para consultar un poco más ese tema 😉
Pd: otro bueno es el de Gustavo http://laenredadera.net/la-topologia-de-diamante/
Estamos en siglo red y quien quiera vivir al margen de la Red que no se preocupe, la Red lo encontrará.
Otro post en el escribo sobre topologías y la implementación de TCP, la cual no fue del todo “inocente” http://laenredadera.net/redes-de-pares/