Me va a costar un rato reunir, pero lo haré porque confío en vuestra sed de conocimiento, sobre todo en vuestras ganas de cambiar las cosas, la clave de esta carta no está en lo que escribo sino en los enlaces que adjunto al texto, este texto sin enlaces es una charla vacía. Mi objetivo a medio plazo es que vayamos creando un club de lectura (y de go) y una incubadora de buenas ideas y lleguéis a entender y a participar más de los caminos que hay para abrirse a la red de gente activa y dispuesta a compartir conocimiento (y negocios), que es inmensa. Yo tengo el privilegio de nutrirme de algunos gremios culturales ya, sólo fue cuestión de abrir los ojos, no de ser importante o especial. Para mí todo empezó a materializarse en aquel viaje que hice el año pasado a Bilbao, en el que empecé a darme cuenta de que el fenómeno es real y que hay que aprovecharlo. Y me gustaría compartir esta experiencia no solo con mis nuevos amigos sino también con algunos de los de siempre. Advierto que con el tema de Las Indias podéis acabar odiándome, pero mejor que ellos no define las cosas prácticamente nadie. Recomiendo su lectura diaria, así como la de muchos otros blogs, con tal de salir del fucking Facebook.
Primer concepto a formalizar: topologías de red. Ya lo conocéis algunos. Y es que el mundo académico sigue moviéndose a nivel centralizado (o como mucho descentralizado) alrededor de la universidad, pero hoy en día la estructura dominante es la distribuida y a primera vista (más para jóvenes sin experiencia como nosotros) cuesta darse cuenta de la magnitud del suceso y de que no es una utopía: el acceso al conocimiento es libre. La cuestión clave que veo, es que la mayoría de jóvenes con mediano potencial se quedan atrapados entre Facebook, Google y Twitter y el utópico ascenso hacia la universidad como único camino a lograr una vida digna e interesante y corren gran riesgo de frustración al no ser capaces así de desarrollar una conexión a la red del conocimiento y las relaciones de mercado en su máxima expresión. La crisis que vivimos en España (Europa y el muno occidental entero) es más una cuestión de enfoque equivocado que de crisis económica real y eso se reconoce en que quienes se dan cuenta y lo trabajan tienden a crecer a pesar de la descomposición que sufre el resto.
Inmediatamente ligada a la evolución de las topologías de red aparece la nueva forma de aprendizaje, para entender esto es esencial distinguir entre gente culta y gente especializada, como dice Pekka Himanen en su libro sobre la ética hacker,
¿de qué se trata al trabajar, de hacer algo o de cumplir una condena?
lo mismo es trasladable al mundo del conocimiento en forma de sistemas de aprendizaje libres. Dado el libre acceso que tenemos al conocimiento y a los contactos con más experiencia, resulta haberse convertido en una pérdida de potencial tener que subordinarse a una facultad académica al modo tradicional (al menos por principio, obviamente, a pesar de la obsolescencia de su monopolio, siguen siendo sitios ricos para conocer gente y aprender), sea del tipo o del nivel que sea.
Una vez entendidas estas claves del «nuevo mercado» del conocimiento hay una serie de pasitos que para mi fueron esenciales, ya que no hay otra forma de inernalizar el proceso: abrir un blog (sobre lo cual tengo un borrador a medio escribir), leer y comentar blogs de otros (entrar en conversación es básico), y leer libros sobre aquello que te interese (hacerte con el conocimiento, dejar de pensar que necesitas una nota que lo acredite, si sabes sobre algo, escribe sobre ello y busca con quién discutir sobre el tema, por inercia encontrarás la manera de convertirlo en oficio, ¿qué mejor camino que abrir un blog?). Vuelvo a una cita irónica de Pekka Himanen, hoy más poderosa que nunca:
¿Cómo podría Einstein haber llegado a la fórmula E=mc2 si su actividad se hubiera dado en el caos de grupos de investigadores autoorganizados? ¿Acaso no opera la ciencia con una jerarquía tajante, liderada por un empresario en Ciencia, con directores de división para cada disciplina?
Ahora, veo y entiendo lo que para vosotros pudiera ser un problema: vuestra aversión a lo tecnológico, para ello tengo una respuesta radical y quizás poco simpática, pero así es la vida, aprender a utilizar la tecnología hoy es lo que hace cien años o más era aprender a leer y escribir, esencial para tener acceso a la cultura. Si no quieres, tonto tú, entender no es un derecho, es una responsabilidad. Además, sois jóvenes como pocos lo son y gozáis de un acceso diario, casi involuntario, así que no tenéis nada que os justifique al negar el acceso a conocimiento nuevo. Y con estas últimas palabras no pretendo ejercer coherción, sólo advertir que hoy más que nunca antes somos herreros de nuestro destino, y echar la culpa a «este sistema de mierda que nos mira sobre el hombro porque ¿¿¿somos diferentes???» es una actitud, simplemente, equivocada. Papá estado es un hijo de puta, pero ya no mata con la desfachatez que acostumbraba, y perdió el poder de quemar nuestras bibliotecas. Nosotros somos jóvenes y esa es la principal fuente de poder.
Fin del discurso por ahora, aquí un enlace a una carpeta llena de libros en la cual recomiendo empezar por el itinerario, están ordenados y contextualizados con sentido, pero cada uno es libre de empezar por donde quiera y yo estoy dispuesto a conversar y a hacer más recomendaciones más allá. Otro filósofo que me gusta mucho últimamente es Byung Chul Han, cuyos libros compro y leo, pero en alemán, aunque debe estar disponible en español igual. Estuve leyendo un libro, que sigo teniendo a medias, de David Graeber, otro personaje digno de observación. Y hay muchos más.
Si me observáis en mi blog, en Twitter, en lamatriz.org y en ello.co veréis que a pesar de que ignoro el Facebook estoy activo en internet de una forma distribuida, ya que lo considero importante para mi desarrollo intelectual, he decidido ser principal artífice de mi formación.
Os invito a explorar, no tiene por qué ser de una forma tan masiva, acabo de resumir un progreso que ha costado ya algunos años, esperiencias y contactos, pero razones no faltan y os puedo hacer la promesa de que os hará ver el mundo con otros ojos.
¡Críticas, por favor!